miércoles, 28 de enero de 2009

El inicio de la Era de los Nietos de Conchi

Bienvenidos todos. Aquí comienza una nueva era en la psiquiatría canaria, y hasta mundial...Dispondremos de este espacio para transmitirnos la sabiduría d ese gran maestro que da nombre a nuestro gremio y sentido a nuestra vida: Conchi...Sí, con mayúsculas, como ÉL y solo ÉL se merece.
Ahora solo queda se decidan a comentar lo que les venga en gana, o a proponer los últimos cotilleos que se escuche por ahí. Pero toooodo con elegancia y saber estar.
Un saludo a todooooooooooooooos

5 comentarios:

  1. La Psicosis de los Psiquiatras.
    Los psiquiatras en cierta forma funcionamos igual que los psicóticos,como la psiquiatría no puede dar una explicación desde las ciencias médicas a la mayor parte de los trastornos mentales , nosotros construimos un mundo imaginario alrededor de él. Al igual que el psicótico, interpretamos lo que vemos y además tenemos la certeza de que nuestra realidad es la cierta,es lo que nosotros llamamos no tener conciencia de enfermedad. En cierta forma creamos ideas delirantes basadas en nuestra observación, nada demostrable pero eso sí irrebatible según de la vertiente en la que nos situemos. Ingresamos a los pacientes por estar con ideas delirantes de perjuicio hacia su familia pero sin embargo nosotros creamos un montón de interpretaciones basadas en padres y madres culpables de todos los fenómenos psiquicos.Encerramos a la victima aunque desde muchas posturas se piense algo parecido. Usamos en ocasiones un lenguaje desorganizado y con neologismos pero no lo interpretamos como patológico. No sé pero si pensamos en los criterios del DSM IV y en nuestra forma de razonar , salvo en el tema de las alucinaciones no hay muchas cosas que nos diferencie de los psicóticos. El psiquiatra ha creado un mundo a su medida, para dar una explicación a su ignorancia, para poder afrontar el mundo más tranquilo y además con la arrogancia que lo pone a él como conocedor del sufrimiento mental, porque así lo interpreta él y sus teorías que no dejan de ser construcciones mentales no basadas en hechos demostrables, los pacientes hacen lo mismo pero claro nosotros tenemos el poder, nosotros no somos enfermos. Termino diciendo quién son los verdaderos psicóticos

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  2. Me llamo Howard Phillips Lovecraft y soy amigo de Emma Eckstein, quien me ha pedido que comente acerca de lo que escribió el Dr. Freud. La pobre Emma se ha quedado perpleja y no comprende el construccionismo social del viejo profesor vienés; se pregunta si acaso fue ese construccionismo el responsable de que ella acabara con la cara deformada. Es decir, entelequias e ideas son capaces de destrozar las coanas de una mujer de 27 años. Aunque, pensándolo bien, me pregunto, en nombre de Emma, si los neurolépticos no son también responsables de otros desastres... pero, en ese caso, se hablaría de hechos - incorrectos - pero no de construccionismo social.

    Finaliza Emma pidiendo que el Dr. Freud eleve el tono del debate intelectual que para eso estampó su firma en la Real Carta de la Royal Society Londinense junto a la de Newton y a la de Darwin. A estas alturas pensar que los psiquiatras construyen edificios tan intangibles como lo pueden ser las elusivas ideas delirantes de sus pacientes, resulta un poco insultante... y, por supuesto, retórica vacía.

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  3. Querido Phillip me pregunto que hace un escritor de novelas de terror por estos lugares. Aplaudir tu brillante contestación y decirle a la pobre Emma que el avance de la ciencia requiere en ocasiones errores como el suyo. Sin embargo respecto a los neurolépticos y sus efectos me planteo que cual es el gran avance de la psiquiatría en el último siglo ? , creo que la respuesta no está en los criterios diagnósticos que se cambian de año en año, y tampoco en las psicoterapias, todas ellas con dudoso resultado, sí, evidentemente algo tiene que ver la farmacología. Me pregunto sí la psicosis no tendrá un final similar al de la epilepsia, donde quedarán las teorías y los grandes Gurus de las psicoterapias, pues probablemente tengan lugar en alguno de tus libros y me pregunto si les perseguirá su destino al igual que a los personajes de tus novelas.

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